miércoles, 29 de julio de 2015

Voces Parte 2

Un lindo sueño 
 
-¡Regresa...! ¡No te vayas! ¡Regresa!
La voz de mis compañeros suena desesperada.
-volveré pronto, no se preocupen.
Salí de esa habitación teñida en sangre y entrañas mientras observo la mirada de desesperación del resto de mis compañeros que estaban atados de pies y manos con cadenas y grilletes.
Cansado miré tras de mí, la habitación en donde yacían mis compañeros envuelta en llamas y gemidos de dolor.
-¡No! ¿Por qué? El trato era cinco minutos para poder salvarlos
-perdiste tiempo al tratar de abrir esa habitación y ahora perdiste…
Beeeep beeeep beeeep. Click
-¡aaargh!
Estiro mis brazos y me levanto de la cama. Mis ojos no se han abierto por completo cuando mi dedo meñique choca contra la esquina de mi buró.
-¡aaaah! ¿Por qué a mí?
Tropiezo y caigo de espaldas chocando mi nuca contra la puerta de mi ropero, cosa que me dejó inconsciente.
Media hora después…
-eh… que… ¿Qué me pasó?
Me levanto torpemente, puesto que el dolor que de mi cráneo emana es tan fuerte que zumban mis oídos al punto de que no puedo dar ni un paso más.
- ¡carajo! Parezco ebrio jajá.
Recuperé equilibrio y me dirigí a la cocina para hacer algo para desayunar.
-otro día más empieza. Ni modo a levantar la cabeza y seguir, que el dinero no caerá del cielo.
Salgo de mi casa rumbo a tomar el bus que me llevará a mi trabajo.
-Dios, hoy sí que está llena la parada de autobuses, creo que agarraré taxi.
Inmediatamente dicho esto pasó un taxi vacío el cual me levantó.
-¿a dónde lo llevo joven?
-a la colonia del trabajo; donde se encuentra la aseguradora salud-vida.
Como es de costumbre, durante el trayecto al trabajo mi mente se perdió en un mar de pensamientos.
-Sí que fue un gran golpe el que me di al tropezar esta mañana. ¿Qué hubiera pasado si hubiera muerto en ese momento? Tal vez nadie se habría percatado hasta que mi cuerpo empezara a descomponerse y producir mal olor.
De pronto una sensación de vacío invadió mi cuerpo causando que mi perspectiva hacia la vida difiera un poco a la que poseía antes de ese incidente.
-listo, llegamos amigo.
-ok, muchas gracias, ¿Cuánto fue?
-treinta y dos con setenta y cinco.
Saco un billete de cincuenta pesos y le entrego al chofer.
-aquí tiene joven, que tenga un buen día.
-igualmente.
Subo de prisa las escaleras, puesto que el ascensor estaba en servicio.
-Listo, llegue cinco minutos antes.
-señor Palacios, el director lo necesita en la sala de juntas para dar un aviso a todos los empleados de la sección B.
Ella es la señorita Martha, la secretaria de este bloque de oficinas (muy atractiva por cierto)
sus largas pestañas y su color de piel; tostado por el sol, Solo hacen juego con su espectacular figura.
Será mejor apresurarme, no quiero que el director se enfade conmigo por retrasar la junta.
-he llegado.
-buenas tardes señor Palacios, tome asiento.
-gracias por esperarme.
-bueno, ya estamos todos. Se preguntarán porque están  citados este día en la sala de juntas, ¿verdad?
Todos contestamos al unísono.
-Sí.
-bueno, están despedidos.
Todos los que estábamos presentes armamos revuelo pidiendo una explicación a la decisión del directivo.
-primero lo primero siéntense compañeros y compañeras, para poder darles una justa explicación a lo que está sucediendo.
Todos mis compañeros y yo tomamos asiento y guardamos silencio.
-Todos y cada uno de ustedes saben que una empresa tiene que tomar medidas drásticas cuando se trata del bienestar de la misma.
La empresa está en peligro de quie…
-Esto ya fue, tendré que buscar otro empleo gracias a la mala administración de nuestros directivos.
Tras una larga junta de hora y media todos nos dirigimos a nuestras oficinas a limpiar los cubículos y marcharnos.
Estaba en depresión total, ya que había perdido mi empleo y ahora mi estilo de vida se vería afectado.
-espero encontrar un trabajo pronto, de lo contrario no podré solventar los gastos del departamento.
Llegada la noche, después de cenar me tiré en mi sofá a leer el periódico para buscar algún empleo.
-podría trabajar en una agencia de autos… o tal vez en un banco.
No pude soportar el sueño, quedé dormido en el sofá de mi sala
-já… já… já…
-Otra vez esa risa macabra en medio de la oscuridad, creo que estoy quedando loco.
Me levanté del sofá y me dirigí a mi habitación.
-bueno mañana será otro día. Aaagh!!
Mi bostezo despejó mi mente y pude dormir sin siquiera reflexionar sobre mi día.



¡Regresa...!

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